Entre un dos y un tres por ciento de la población de los niños son superdotados. Los últimos estudios dicen que solo se diagnostican en torno a un tres por ciento de este total.
Para hacernos una idea, a día de hoy, nos encontramos con colegios de mil o mil quinientos alumnos, donde en diez años, te dicen que solo han pasado dos niños superdotados por sus aulas.
A esto hay que sumarle que normalmente a las niñas cuesta muchísimo más detectarlas. Tal vez por el rol que se espera de ellas, que sean más responsables, todas en general sacan mejores notas en el cole en primaria. No destacan tanto, las niñas en eso, prefieren pasar desapercibidas y normalmente niñas llegan poquísimas a las consultas.
Es importantísimo que la familia, entiendan y comprendan, las características de estos niños, los riesgos que puede suponer y también las características positivas que hay un montón. Pero es de gran importancia un trabajo sistémico en todo el entorno del niño, tanto con los padres, como con los centros educativos. Los padres también tienen en ese sentido, cierta responsabilidad de inculcar determinados hábitos de trabajo intelectual y de conocer sus disincronías, para intentar que no caigan en esos riesgos que existen.
También es importante que no se les adelanten contenidos de cursos posteriores, porque posiblemente por capacidad lo pueden entender e incluso aprender a hacer, lo que sucede es que, en este caso, lo que estamos es fomentando el aburrimiento posterior en los siguientes cursos. Esa estimulación familiar, que sea en áreas de interés del niño y de forma paralela a lo que se dan en los contenidos en la escuela.
Son niños que de forma innata tienen inquietud por aprender y saber más. Pero también hay casos que por esa desmotivación que entran con lo escolar, eso se les trunca. Aun así, son niños que desde que nacen tienen la idea de querer saber más, preguntan todo, quieren saber las cosas hasta el final. Por eso es una pena, que muchas veces por esa desmotivación en el colegio, pierdan esa gana o ese interés por aprender.
Hay un concepto relacionado con las altas capacidades y es el niño prodigio. El niño prodigio, es ese que es capaz de hacer, o tiene la habilidad adquirida al nivel de un adulto, siendo un niño. Por ejemplo, estos niños que tocan el violín a un nivel de una persona adulta. Parten de un nivel musical, y además son niños prodigios porque tienen esa habilidad al nivel de una persona adulta con más experiencia.
Un niño superdotado tiene una capacidad de aprendizaje en principio, por encima de la media en todas las áreas, aunque en su perfil personal dentro de que esté por encima de la media, destaque más en unas áreas o en otras. Y luego tenemos los niños que son talentos, en un área específica o en una habilidad específica.
Son niños que no podemos esperar a detectarles por los sobresalientes sacados en el aula. Es más, muchísimos de ellos obtienen resultados, por lo contrario. Se dan casos de niños con un CI de 140, que están repitiendo curso en secundaria.
En el riesgo que tienen estos niños del fracaso escolar, son varias las variables. A veces, por igualarse al grupo en secundaria, sobre todo las niñas, prefieren no destacar y menos por ser la más inteligente. Porque esto, realmente no es lo más popular entre los alumnos de secundaria. Prefieren igualarse al resto, dándoles igual el rendimiento que saque en el colegio, ya que prefieren la aceptación del grupo a sacar buenas notas. Es una edad muy complicada sobre todo si tienen algo diferente a los demás, debido a que, en la adolescencia todos quieren ser iguales unos a otros. Cuando hay una diferencia más marcada, no todos los niños tienen la personalidad para afrontar o lidiar con esa diferencia correctamente.
La detección temprana es fundamental. De hecho, la mayoría de los casos que llegan a la consulta con problemáticas en el rendimiento académica en secundaria, normalmente son niños en un gran porcentaje, que no fueron diagnosticados en su momento.
La detección es sumamente importante para aquellos casos que presentan además, otras dificultades, ya que puede haber niños con altas capacidades pero que tengan dificultades de aprendizaje. Por ejemplo, en el aprendizaje de la lecto-escritura en primaria. Si a estos niños no se les llega a hacer una valoración psicopedagógica, se entiende que es que no tienen la capacidad suficiente para después enfrentarse al resto de los cursos, y no es eso, es que tienen una dificultad que hay que trabajar pero luego realmente la inteligencia y potencial lo tienen ahí, en la base.
En muchos casos, los niños con Altas Capacidades (AACC), se desmotivan. El repito, repito, para que los niños dentro de la media interioricen los contenidos a lo largo de la primaria, hace que en algunos casos los superdotados desconecten. De ahí, a la desmotivación y de ahí, a una dinámica en la que entran y que a veces deriva en fracaso escolar. Por otro lado, como en primaria no les cuesta esfuerzo sacar las notas adecuadas, cuando llegan a secundaria esto cambia. Aunque tengan un CI por encima de la media, van a tener que estudiar ya que van a tener que interiorizar contenidos. No van a tener hábitos ni técnicas de trabajo intelectual debido a que no lo han tenido que hacerlo antes. En algunos casos, también se da el tema de la emocionalidad o del auto-concepto y la auto-estima. No siempre están ajustados con sus capacidades. Esto hace que entren en una dinámica que no saben cómo enfrentarse a la tarea, porque además no saben si están capacitados y entonces no son capaces de ponerse a estudiar o de sacar con éxito las cosas.
En los niños con Altas Capacidades el nivel intelectual no siempre va acorde con el emocional. Estos niños tienden a ser personas muy sensibles. Debido a su procesamiento intelectual, se van a ver sometidos a una carga emocional muchas veces superior a la de otros muchos niños de su misma edad. Eso hace que sean unos niños por lo general muy vulnerables. Al no conocer las herramientas necesarias para poder identificar las emociones limitadoras, a las que se ven enfrentados diariamente, no son capaces de desmontarlas para poderlas transformar en potenciadoras. Esto, puede terminar generándoles una baja tolerancia a la frustración. En muchas ocasiones, la baja auto-estima y baja auto-motivación, pueden ir acompañadas.
Otro indicador en las personas con altas capacidades es la baja tolerancia a la frustración. En aquellas actividades que perciben que se les da bien lo hacen con éxito y les encantan. Ahora, aquellas que consideran que cometen errores, ellos relacionan directamente esos errores con su valía personal hacia esa área. Por esta razón en muchas ocasiones se cierran muchas veces en banda hacia esas.
En un gran porcentaje de los casos, aunque no en todos, hay una falta de sincronización entre el desarrollo intelectual y el desarrollo psicomotor de estos niños. No siempre su desarrollo psicomotor está al mismo nivel. En algunos casos afecta a lo que es la psicomotricidad más gruesa, digamos en los deportes y el movimiento corporal. En otros casos, más en los chicos que en las chicas, afecta también a la caligrafía. Hay niños con Altas Capacidades con malísima caligrafía y es que no tienen el desarrollo y la destreza suficiente en la mano. Sin embargo, intelectualmente por dentro, tienen un ritmo mucho más rápido.
También tienden a tener un desarrollo del vocabulario amplísimo para la edad que tienen. Utilizan unas palabras que a su edad no son comunes que se utilicen. Lo interiorizan rapidísimamente cuando ven una palabra. El concepto ya lo tienen adquirido antes y cuando escuchan el termino, no solo lo interiorizan, además, lo empiezan a utilizar y a poner en práctica. Eso hace que tengan un vocabulario muy rico para su edad. ¿Qué pasa? En su razonamiento interior, razonan mucho más de lo que son capaces de expresar con la palabras, aunque tengan ese vocabulario.